window.arcIdentityApiOrigin = "https://publicapi.elpais.diariodetocantins.com";window.arcSalesApiOrigin = "https://publicapi.elpais.diariodetocantins.com";window.arcUrl = "/subscriptions";if (false || window.location.pathname.indexOf('/pf/') === 0) { window.arcUrl = "/pf" + window.arcUrl + "?_website=el-pais"; }‘Fotografía del desastre’: el relato familiar de la guerra de Marruecos | Babelia | EL PAÍSp{margin:0 0 2rem var(--grid-8-1-column-content-gap)}}@media (min-width: 1310px){.x-f .x_w,.tpl-noads .x .x_w{padding-left:3.4375rem;padding-right:3.4375rem}}@media (min-width: 1439px){.a .a_e-o .a_e_m .a_e_m .a_m_w,.a .a_e-r .a_e_m .a_e_m .a_m_w{margin:0 auto}}@media (max-width: 575.98px){.z-hi .b-m .c-m .c_tx{padding:17px 30px 40px}.z-hi .b-m .c-m .c_tx .c_t{font-size:2rem;line-height:2.125rem;letter-spacing:-.08px}._g-xs-none{display:block}.cg_f time .x_e_s:last-child{display:none}.scr-hdr__team.is-local .scr-hdr__team__wr{align-items:flex-start}.scr-hdr__team.is-visitor .scr-hdr__team__wr{align-items:flex-end}.scr-hdr__scr.is-ingame .scr-hdr__info:before{content:"";display:block;width:.75rem;height:.3125rem;background:#111;position:absolute;top:30px}}@media (max-width: 767.98px){.btn-xs{padding:.125rem .5rem .0625rem}.x .btn-u{border-radius:100%;width:2rem;height:2rem}.x-nf.x-p .ep_l{grid-column:2/4}.x-nf.x-p .x_u{grid-column:4/5}.tpl-h-el-pais .btn-xpr{display:inline-flex}.tpl-h-el-pais .btn-xpr+a{display:none}.tpl-h-el-pais .x-nf.x-p .x_ep{display:flex}.tpl-h-el-pais .x-nf.x-p .x_u .btn-2{display:inline-flex}.tpl-ad-bd{margin-left:.625rem;margin-right:.625rem}.tpl-ad-bd .ad-nstd-bd{height:3.125rem;background:#fff}.tpl-ad-bd ._g-o{padding-left:.625rem;padding-right:.625rem}.a_k_tp_b{position:relative}.a_k_tp_b:hover:before{background-color:#fff;content:"\a0";display:block;height:1.0625rem;position:absolute;top:1.375rem;transform:rotate(128deg) skew(-15deg);width:.9375rem;box-shadow:-2px 2px 2px #00000017;border-radius:.125rem;z-index:10}} Ir al contenido
_
_
_
_
CRÍTICA LITERARIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘Fotografía del desastre’: el relato familiar de la guerra de Marruecos

Alfredo Cáliz debuta como escritor con un libro en el que inserta la vida de sus seres queridos en uno de los principales acontecimientos de la España del siglo XX

Manuel Morales
Un destacamento de españoles en Dar Quebdani, en el Rif, en 1923, en una fotografía del libro 'Fotografía del desastre', de Eustaquio Berriochoa, cedida por Andoni Lubaki.

“Tu abuelo llevó a cuestas a Franco”. El fotógrafo Alfredo Cáliz (Madrid, 1968) escuchó esta frase en su casa desde niño y, por fin, con el libro en el que debuta como escritor, Fotografía del desastre (Àfriques Edicions), ha investigado qué había de cierto en aquello que le decían sus padres del abuelo Juan de Dios.

Cáliz tiene una trayectoria de más de treinta años como fotógrafo (comenzó como ayudante en un laboratorio fotográfico con 19 años), en la que ha viajado por medio mundo, sobre todo el continente africano y en especial Marruecos, país del que salió el fotolibro Inshallah, que recoge diez años de viajes por esas tierras. Otra de sus publicaciones es Carnet de terre, en la que documentó la construcción de escuelas en Mauritania. Colaborador en El País Semanal desde 2003, sus fotos también se han publicado en The New Yorker, The Guardian, The Financial Times, The New York Times y Vanity Fair.

En este nuevo libro ha dejado de lado la cámara para exorcizar los demonios familiares en un texto que incluye, salpicadas, algunas imágenes de sus seres queridos —esas estampas de papel que se pegaban en álbumes— y otras tomadas en el ejercicio de su profesión.

Fotografía del desastre se mueve entre varios géneros. Hay autobiografía, hay reportaje y también las reflexiones sobre la España del siglo XX, con una pregunta de fondo: ¿cómo habría sido este país si su abuelo no hubiera salvado a Franco? “Mi abuelo cargando a hombros con la historia de España”, escribe.

Los padres de Alfredo Cáliz, Antonio y Gloria, el día de su boda en Madrid, en 1965.

Tirando de ese hilo, (la ¿leyenda?) le da pie para, en una prosa pulcra, en ocasiones poética, plantear algo muy común: que en las familias se cuentan historias como auténticas sin nada que las demuestre como tales. Cáliz rememora la guerra del Rif —un hecho que le apasiona— con algunos de sus personajes principales, como el desgraciado general español Manuel Fernández Silvestre, quien estaba al mando del ejército en la zona oriental del protectorado marroquí, y el líder de los rebeldes, el célebre Abd el-Krim.

Precisamente, este septiembre se cumplirán cien años del Desembarco de Alhucemas, la operación franco-española que se organizó para recuperar el terreno perdido ante los rifeños y restituir al ejército español tras el Desastre de Annual, acaecido cuatro años antes, cuando murieron al menos 8.000 soldados. Fue el general Sanjurjo quien declaró el fin de la guerra de Marruecos en julio de 1927 (otro del grupo de militares golpistas apenas una década después).

Cáliz habla de otros personajes, los de su familia, que inserta en la historia colonial española. Desde el abuelo que, siendo casi un adolescente, se alistó a la Legión en Granada y participó en la guerra de Marruecos; a su padre, con alma de bohemio y que se marchó de casa, dejándoles a él, entonces un adolescente, y a su madre. No obstante, su progenitor es la misma persona que le transmitió el amor por los libros y la cultura, y del que conserva sus cenizas. Sobre estas personas muestra con habilidad sus diferentes caras para no juzgarlos de un brochazo, como podría parecer al leer las primeras impresiones sobre ellos.

El fotógrafo Alfredo Cáliz, retratado este 2025.

Además, están las reflexiones de Cáliz sobre el proceso creativo del propio libro, su complicado desarrollo, con sus dudas y temores. Él tenía claro que quería escribir con la misma intensidad y honestidad que pone en su fotografía.

Finalmente, el Cáliz fotógrafo decide volver al terreno para recorrer las llanuras de Annual e intentar hacerse una idea de lo que fue aquello y de lo que pudo sentir su abuelo. Es un viaje no solo por un territorio, sino también sentimental, que culmina una obra que responde a la necesidad de contar muchas de las circunstancias que ha vivido su autor y de hacer partícipe al lector de confesiones personales y profesionales.

Cubierta del libro 'Fotografía del desastre'

Fotografía del desastre

Alfredo Cáliz
Àfriques Edicions, 2025
264 páginas
20 euros

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad , así podrás añadir otro . Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Morales
Periodista de la sección de Cultura, está especializado en información sobre fotografía, historia y lengua española. Antes trabajó en la cadena SER, Efe y el gabinete de prensa del CSIC. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster de Periodismo de EL PAÍS, en el que fue profesor entre 2007 y 2014.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_