Aguas Andinas refuerza su liderazgo en resiliencia hídrica y sostenibilidad
La compañía consolida su plan Biociudad como hoja de ruta hacia el mediano y largo plazo, con proyectos y soluciones concretas para mejorar la adaptación y resiliencia de la ciudad ante el cambio climático


En las últimas décadas, la sostenibilidad dejó de ser una ventaja competitiva para convertirse en un imperativo empresarial. Modelos que integran la economía circular, la eficiencia energética, el uso responsable de recursos naturales y el enfoque ESG (ambiental, social y de gobernanza) se han vuelto esenciales para enfrentar los desafíos actuales del planeta.
Un ejemplo concreto de esta transformación es Aguas Andinas, la principal sanitaria de Chile, que ha puesto la sostenibilidad en el centro de su estrategia. La empresa ha reconvertido sus plantas de tratamiento en biofactorías: instalaciones que no sólo depuran aguas residuales, sino que también generan energía limpia, fertilizantes naturales y reutilizan recursos, evitando el desperdicio.
Durante los tres primeros meses del año, Aguas Andinas alcanzó un Earnings Before Interest Taxes Depreciation and Amortization (EBITDA) de $111,532 millones, lo que representa un incremento del 4,1% respecto del mismo periodo del año anterior, impulsado por mayores ingresos tarifarios y una gestión de costos eficiente. Asimismo, la utilidad neta llegó a los $50,921 millones, resultado que está en línea con las previsiones de la compañía, pese a los mayores costos financieros derivados del contexto inflacionario y del reciente proceso de refinanciamiento.
Uno de los hitos más relevantes del trimestre fue la ejecución de inversiones por $35,192 millones, orientadas a fortalecer la infraestructura sanitaria de Santiago. Estas inversiones van de la mano del plan Biociudad, el cual contempla un portafolio de proyectos estratégicos hacia el mediano y corto plazo incluidos en el acuerdo tarifario alcanzado con la autoridad. Entre las inversiones del último periodo destacan la renovación de redes de agua potable y alcantarillado, mejoras en plantas de tratamiento y acciones concretas de eficiencia hidráulica para asegurar la continuidad del servicio en contextos climáticos adversos.
En línea con su estrategia, la compañía emitió en enero un bono sostenible en el mercado local por UF 4.000 (155 millones de dólares). Estos recursos permitirán financiar el ambicioso plan de inversiones y fortalecer su estructura financiera, reduciendo vencimientos de corto plazo.
Miquel Sans, CFO de Aguas Andinas, señaló que: “Los resultados del primer trimestre reafirman la solidez de nuestro modelo de negocio y nuestro compromiso con la sostenibilidad de los servicios que entregamos a millones de personas, para lo cual, en términos de financiamiento, destacamos la excelente acogida que tuvo en enero nuestro retorno al mercado de deuda local luego de seis años, con la emisión de un bono por UF de cuatro millones a 21 años plazo con condiciones históricamente favorables para el mercado corporativo chileno”.
Paralelamente, la Junta de Accionistas, celebrada en abril, aprobó el reparto del 70% de las utilidades del ejercicio 2024, consolidando una política que equilibra la rentabilidad para los accionistas con la necesidad de reinversión en infraestructura resiliente.
Cambio en la gerencia general
Adicionalmente, el lunes 28 de abril, mediante un hecho esencial se anunció la designación del nuevo Gerente General, José Sáez Albornoz, quien asumió sus funciones el 1 de mayo, en reemplazo de Daniel Tugues, quien emprendió nuevos desafíos en el Grupo Veolia. Sáez cuenta con una reconocida trayectoria en el sector sanitario y continuará liderando la estrategia de la compañía mediante una mirada de futuro y un sostenido compromiso con los más de ocho millones de habitantes de la Región Metropolitana que reciben el servicio de Aguas Andinas. Junto al cambio en la gerencia general, la última junta de accionistas aprobó los ingresos de Vivian Blanlot y Didac Borrás, en la mesa que seguirá presidiendo Felipe Larraín Aspiliaga.