La película de Trump: imponer aranceles para devolver la producción cinematográfica a Hollywood
La amenaza del presidente reanima el debate sobre los estímulos al cine y a la televisión en un panorama global altamente competido


Hace unas semanas se viralizó entre profesionales de la industria una charla entre los actores Adam Scott y Rob Lowe. Ambos recordaban en un podcast sus tiempos en la comedia Parks and Recreation, emitida con gran éxito entre 2009 y 2015 por la cadena NBC. “¿Tú crees que si la estuviésemos filmando ahora estaríamos en Budapest?“, pregunta el protagonista de Separación. ”100%“, le responde Lowe, quien graba en Dublín su concurso The Floor. “Es más barato llevar a 100 estadounidenses a Irlanda que cruzar a los estudios de Fox y hacerlo aquí”, asegura.
🚨🇺🇸 HOLLYWOOD EXODUS: LA ISN’T COMING BACK ANYTIME SOON
— Mario Nawfal (@MarioNawfal) March 23, 2025
Rob Lowe:
"It's cheaper to bring a hundred American people to Ireland than to walk across the lot to Fox.
If we shot Parks right now, we would be in Budapest. One hundred percent, we would be.
Nothing shoots in Los… pic.twitter.com/RJsuRm08ST
La charla tocaba brevemente uno de los problemas más agudos en Hollywood: las producciones llevan años yéndose a otras esquinas del globo. El diagnóstico se volvió más urgente la semana pasada por obra de Donald Trump. El presidente amagó con imponer un arancel de 100% a las producciones realizadas en el extranjero para que la industria local incremente su negocio. “¡Queremos películas nuevamente hechas en Estados Unidos!”, escribió el mandatario en las redes sociales.
As far as I can tell, the rationale for Trump's deranged new tariffs on movies is that he has learned that folks in other countries compete for business, and he doesn't like it.
— Justin Wolfers (@JustinWolfers) May 5, 2025
Wait until he hears about... every single other sector in the economy. pic.twitter.com/aLdb1zXeyX
Este declive puede medirse en el número de rodajes que se hacen cada día en el condado de Los Ángeles, la zona en la que se encuentran la mayoría de los estudios. El número de filmaciones de cine y televisión ha caído en los tres primeros meses un 22% comparado con el mismo periodo de 2024. Es el punto más bajo desde que la organización FilmLA comenzó a contabilizarlos en 2017 para tener una idea de la salud de la industria. La merma responde especialmente al recorte en número de producciones adoptado por las compañías y al incremento de los salarios que dejó la reciente huelga de Hollywood.
Hay poca claridad y escasos detalles sobre la iniciativa del presidente. Trump matizó el lunes pasado su mensaje asegurando que se reunirá próximamente con la industria audiovisual y que su propuesta no buscaba dañar al sector. Lo hizo después de que su mensaje en la red social Truth Social provocara pérdidas en las bolsas para estudios y plataformas de streaming. Las pérdidas se recuperaron en los días siguientes, no obstante.

Muchos en Estados Unidos han recogido el guante dejado por Trump. El gobernador de California, Gavin Newsom, propuso al Gobierno federal trabajar juntos en la creación de un subsidio federal de 7.500 millones de dólares para “Make America Film Again” (Hacer a Estados Unidos filmar nuevamente). El mensaje de Newsom no fue bien recibido en la Casa Blanca, pues su ocupante considera al mandatario demócrata “un gran incompetente”.
Pero el actor Jon Voight, uno de los embajadores de Trump en Hollywood, vislumbra un futuro similar para la industria. El protagonista de Cowboy de medianoche busca que Washington adopte un crédito fiscal base de 10% y una prórroga de un año en el pago de impuestos para las producciones que contraten a un 75% de estadounidenses.
Plan to rescue Hollywood pic.twitter.com/VPq9McMG7b
— Jon Voight (@jonvoight) May 6, 2025
El crédito ideado por Voight tras una serie de charlas con los gremios de la industria puede aumentar si se rueda en zonas económicamente deprimidas y combinarse con otros otorgados por los Estados, según figura en la propuesta que Voight entregó a Trump en Mar-a-Lago, su residencia de Florida. Si con estas ayudas un productor decide llevarse al extranjero su proyecto, este enfrentaría un arancel de 120% del monto recibido en el extranjero, asegura Deadline, un medio que tuvo a detalles de la iniciativa de Voight.
Para quienes conocen la industria, sí es viable que las producciones vuelvan a Hollywood. “El ahorro de las producciones puede ser muy grande en el extranjero, pero existe una gran resistencia entre el talento (actores y directores), escritores, ejecutivos y productores a irse a otros países. Al final, preferirían ir a trabajar a una hora de su casa y volver a dormir”, señala Rodrigo Mazón, quien fue ejecutivo de la plataforma digital Vix, de Televisa.

Para frenar la sangría en California, Newsom sugirió en octubre duplicar los créditos fiscales que la entidad ofrece hasta alcanzar los 750 millones de dólares anuales para el cine y televisión. El Senado estatal debatirá el programa en las próximas semanas. De aprobarse, colocaría a California a la cabeza de la bolsa de incentivos, un sitio hoy ocupado por Nueva York.
Los legisladores de California deben legislar contra reloj. Unos 37 Estados cuentan con incentivos fiscales y hay varias legislaturas locales, como la de Georgia, que están afinando sus programas para captar aún más producciones. Georgia ya es conocida como la “Hollywood del sur” porque ha servido de escenario a series como The Walking Dead, Stranger Things y Ozark, entre otras. Voight cree que California ya no puede competir con Georgia, quien no impone un límite a las ayudas.
Los actores Matthew McConaughey, Woody Harrelson, Renée Zellweger y Billy Bob Thornton lanzaron en enero una iniciativa para convertir Texas en la nueva capital cinematográfica con beneficios fiscales por 498 millones de dólares. De estos, 48 millones serían para películas pequeñas y comerciales de televisión. La campaña True to Texas se dio a conocer con un anuncio dirigido por Nic Pizzolatto, el creador de True Detective. En Hollywood cayó como una bomba y fue calificada de poco solidaria porque coincidió con los incendios que destruyeron la ciudad.
Algunos ejecutivos creen que el problema no son los estímulos, sino la dificultad de acceder a ellos en California. “El problema es cuando estás planeando”, aseguró esta semana Casey Bloys, el presidente de contenidos de HBO y la plataforma Max. “Debes entrar a una lotería y no estás seguro de si tu programa va a obtener el crédito o no. Esa incertidumbre lo hace muy complicado, sobre todo cuando lo comparas con Atlanta o Canadá”, señaló el ejecutivo en un foro.
Los incentivos son ya un factor que puede determinar el sitio de rodaje de una producción. Un productor mexicano con experiencia trabajando con Netflix o Disney, y quien pide no revelar su nombre, cuenta cómo estas ayudas son vitales para reducir presupuestos e incluso permiten obtener reembolsos. Algunos incentivos están condicionados a la contratación de mano de obra local y no califican procesos de posproducción hechos con inteligencia artificial.

También pueden cambiar las historias que vemos en pantalla. El productor cuenta cómo su compañía modificó una road movie que se desarrollaba en Estados Unidos para que la ruta pasara solo por Estados que ofrecieran créditos fiscales. Al final, el proyecto no prosperó, pero esto es lo que ha llevado a que muchas producciones muestren Toronto como si fuera Nueva York o que Luisiana se use como si fuera un Estado del noreste.
La competencia es global. Canadá ofrece un crédito fiscal federal base de 16% que puede sumarse a otros obtenidos en provincias como Quebec, de 25%. Las islas Canarias cuentan con uno de los más atractivos en todo el mundo, con reembolsos de hasta el 54% para toda producción que invierta al menos un millón de dólares en la comunidad. En Europa hay 32 naciones que ofrecen estas facilidades. Irlanda, con un 32% que cubre hasta los 75 millones de dólares. La República Checa reembolsa hasta el 66% de los impuestos para los actores y técnicos extranjeros.

Este sistema, subraya el productor, ha hecho que sea muy difícil determinar qué es exactamente una película extranjera. “Una película que se escribe en un país, se rueda en otro y que tiene retoques digitales en uno como la India (capital de la animación mundial), ¿pagaría aranceles?“, se cuestiona. La pregunta permanece en el aire a la espera de los detalles de Trump.
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