window.arcIdentityApiOrigin = "https://publicapi.elpais.diariodetocantins.com";window.arcSalesApiOrigin = "https://publicapi.elpais.diariodetocantins.com";window.arcUrl = "/subscriptions";if (false || window.location.pathname.indexOf('/pf/') === 0) { window.arcUrl = "/pf" + window.arcUrl + "?_website=el-pais"; }Los ultras y radicales desunen al fútbol autogestionado del Unionistas de Salamanca | Fútbol | Deportes | EL PAÍSp{margin:0 0 2rem var(--grid-8-1-column-content-gap)}}@media (min-width: 1310px){.x-f .x_w,.tpl-noads .x .x_w{padding-left:3.4375rem;padding-right:3.4375rem}}@media (min-width: 1439px){.a .a_e-o .a_e_m .a_e_m .a_m_w,.a .a_e-r .a_e_m .a_e_m .a_m_w{margin:0 auto}}@media (max-width: 575.98px){._g-xs-none{display:block}.cg_f time .x_e_s:last-child{display:none}.scr-hdr__team.is-local .scr-hdr__team__wr{align-items:flex-start}.scr-hdr__team.is-visitor .scr-hdr__team__wr{align-items:flex-end}.scr-hdr__scr.is-ingame .scr-hdr__info:before{content:"";display:block;width:.75rem;height:.3125rem;background:#111;position:absolute;top:30px}}@media (max-width: 767.98px){.btn-xs{padding:.125rem .5rem .0625rem}.x .btn-u{border-radius:100%;width:2rem;height:2rem}.x-nf.x-p .ep_l{grid-column:2/4}.x-nf.x-p .x_u{grid-column:4/5}.tpl-h-el-pais .btn-xpr{display:inline-flex}.tpl-h-el-pais .btn-xpr+a{display:none}.tpl-h-el-pais .x-nf.x-p .x_ep{display:flex}.tpl-h-el-pais .x-nf.x-p .x_u .btn-2{display:inline-flex}.tpl-ad-bd{margin-left:.625rem;margin-right:.625rem}.tpl-ad-bd .ad-nstd-bd{height:3.125rem;background:#fff}.tpl-ad-bd ._g-o{padding-left:.625rem;padding-right:.625rem}.a_k_tp_b{position:relative}.a_k_tp_b:hover:before{background-color:#fff;content:"\a0";display:block;height:1.0625rem;position:absolute;top:1.375rem;transform:rotate(128deg) skew(-15deg);width:.9375rem;box-shadow:-2px 2px 2px #00000017;border-radius:.125rem;z-index:10}} Ir al contenido
_
_
_
_

Los ultras y radicales desunen al fútbol autogestionado del Unionistas de Salamanca

Las agresiones e insultos de unos hinchas violentos del equipo charro indignan a las peñas y socios que fundaron comunalmente el club

Afición del Unionistas Salamanca durante el domingo pasado ante el Zamora.
Juan Navarro

Lo peor del fútbol, la violencia, ha contaminado a parte de lo mejor de este deporte: la autogestión y el amor comunal a unos colores. El club Unionistas de Salamanca, en Primera RFEF, nació en 2013 como heredero de la histórica Unión Deportiva Salamanca, desaparecida. Unionistas brotó como un equipo de los socios para los socios, con estatutos rotundos: “Un socio, un voto”. Así lograron cuatro ascensos desde lo más bajo del balompié y fueron disfrutando de la gloria: visitas del Real Madrid y del FC Barcelona en Copa del Rey. Este buen ambiente se ha ido resquebrajando con la irrupción de ultras que han protagonizado episodios violentos, insultos y amenazas y espantando a los aficionados pacíficos. Un centenar de socios se ha quejado formalmente al club ante “un clima de hostilidad y violencia que no representa los valores de nuestra afición ni la esencia de Unionistas”.

La sintonía ha comenzado a decaer al crecer la agresividad. El pasado fin de semana se acreditó la situación actual entre los aficionados blanquinegros: más de 2.000 personas tomaron el estadio Ruta de la Plata en la visita al CD Zamora (1-0). La inmensa mayoría alentó a sus futbolistas pero, fuera del campo, dos hinchas charros fueron agredidos por un grupo de radicales de sus mismos colores. Este suceso se une a lo vivido en octubre: el futbolista del CD Lugo Bernardo Cruz fue agredido por un ultra en el descanso de la visita lucense. El club reaccionó: “Tal y como hemos defendido desde la creación, la violencia no tiene lugar en el fútbol en ninguna de sus formas: este hecho es contrario a los valores del club y nuestra forma de vivir y disfrutar de este deporte”. El agredido, elegantemente, valoró la reacción de Unionistas y defendió al resto del estadio: “Un individuo no debe manchar el ambientazo de fútbol que hemos vivido en el Reina Sofía. Condenar cualquier acto violento en el deporte es responsabilidad de todos. ¡Somos ejemplo para los más pequeños!”.

El episodio con Cruz tuvo un precedente un año atrás, con otro golpe sobre un jugador del CD Tarazona, y cuando la Policía identificó a un extremista por hacer el saludo nazi durante un choque. Esta sucesión de incidentes, aliñada con mensajes violentos o amenazadores de cuentas anónimas en redes sociales, ha enrarecido el desarrollo de la entidad. El directivo responsable de Seguridad, Ernesto Castaño, lamenta que “hemos crecido mucho y con lo bueno viene lo malo” entre los 5.500 socios. De ellos hay “unos 40 radicales que quieren liderar la animación y decidir y la gente no está de acuerdo, no quieren insultos, sí aplaudir al rival, protestar al árbitro sin machacarlo y cuando se hace eso se les intenta acallar”. Su estrategia, sostiene, implica amedrentar “con macarrismo y amenazas” hasta colonizar la animación. “Estamos acostumbrados a una grada muy festiva, familiar, con niños, mayores… según ellos los Flanders [un tierno personaje de Los Simpson] y los pollavieja no pintan nada, tiene que ser joven y pasional”, manifiesta Castaño, que destaca el “diálogo” mantenido con los radicales, que no atienden porque reciben lo que piden. “Las peñas oficiales conocen el espíritu y vamos de la mano para educar y convencer que la manera sana de animar nos ha traído hasta aquí y nos reconocen por ella en otros estadios”, señala, y cita que esos encapuchados “no quieren registrarse como obliga la Ley Antiviolencia, llevan la estética ultra, pixelan fotos…”. Ante la falta de éxito, reconoce, solo queda un recurso: la acción de los agentes de seguridad y la Policía, “aunque no es lo deseable”.

Parte de la afición, aproximadamente un centenar de socios, ha escrito a la directiva para reclamar medidas contundentes. El comunicado alude a “grupos en su mayoría compuestos por jóvenes con estética ultra” que “desde hace año y medio [...] han generado un clima de hostilidad y violencia que no representa los valores de nuestra afición ni la esencia de Unionistas” y los acusan de dañar “la imagen del club” y “deteriorar la convivencia entre seguidores y socios de nuestro propio club y con aficiones rivales”. La misiva lamenta que algunos de los abonados a ese fondo del estadio han abandonado esa grada “debido al ambiente cada vez más tenso y violento”.

Los autores exponen “insultos hacia jugadores propios y rivales sin provocación, faltas de respeto a nuestros futbolistas cuando han cometido errores además de pitos e insultos al cuerpo arbitral ya en el calentamiento o cuando se inspecciona la red en la portería”, además de “insultos racistas” o “enfrentamientos y amenazas a compañeros de grada”. “Esta actitud es inaceptable y nos indigna como aficionados”, zanjan, y critican que se han dirigido varias veces a esos grupúsculos y “la respuesta siempre ha sido negativa y muchas veces desagradable e intimidatoria”. Los críticos censuran que a actitudes violentas como invadir “el pasillo de seguridad para amenazar a jugadores rivales” o “gestos obscenos y cánticos ofensivos constantes” se unen “enfrentamientos con la seguridad privada y las fuerzas del orden, lo que podría traer sanciones al club”, con poca capacidad financiera como para afrontar multas. También citan “amenazas y coacciones a otros socios de la grada de animación para imponer su presencia y conducta” o “acoso en redes sociales, mediante cuentas anónimas, hacia jugadores, cuerpo técnico, voluntarios y aficionados que han denunciado estas actitudes”. Así, solicitan que Unionistas disuelva estos “grupos radicales” y que eleve la presencia de “ de seguridad” para reaccionar ante insultos o acciones violentas, todo ello “para proteger la esencia de Unionistas” y “garantizar un ambiente seguro y sano para todos los aficionados”.

Un aficionado, que pide anonimato, asegura que “Unionistas siempre se ha caracterizado por el buen ambiente, por el buen trato a las animaciones de otros equipos y por el buen comportamiento fuera de casa, y lamentablemente eso se está perdiendo. La gente tiene que entender que no somos el Real Madrid y no podemos ganar todos los partidos ni vamos a ascender todas las temporadas”. El charro reniega de estas actitudes: “Nada justifica insultos ni gritos, somos adultos para traer gestionada la frustración de casa, además muchos son adolescentes, manda narices que estén los niños así”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad , así podrás añadir otro . Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_