Muere Leo Beenhakker, el entrenador del Real Madrid de la Quinta del Buitre, a los 82 años
El holandés ganó tres títulos de Liga consecutivos, pero sufrió el 5-0 del Milan de Sacchi en 1989 y perdió la primera Liga de Tenerife en su segunda época en 1992


Leo Beenhakker, entrenador bandera del Real Madrid de la Quinta del Buitre, del Ajax, del Feyenoord y de la selección holandesa, falleció este jueves a los 82 años. El holandés dejó una huella brillante, pero inconclusa, en una de las épocas más icónicas del Bernabéu, cuando emergieron Butragueño, Míchel, Martín Vázquez, Sanchis y Pardeza.
Aquel grupo, completado con Hugo Sánchez, Gordillo, Maceda y Buyo, entre otros, despertó la ilusión de que el Madrid volviera a ganar la Copa de Europa que se le resistía desde 1966. En el verano de 1986, Ramón Mendoza tenía un equipo que acababa de ganar la Liga y la Copa de la UEFA con Luis Molowny, un técnico interino, y calculó que mejorando el banquillo darían el salto definitivo. Escogió a Beenhakker, que a sus 43 años ya había ganado un campeonato holandés con el Ajax y había probado tres cursos el fútbol español en el Zaragoza.La idea de Mendoza era dotar al equipo de un estilo más ofensivo bajo la batuta de un técnico más estructurado. Con él, Beenhakker saboreó algunos de los momentos más ilusionantes del club y dos de los batacazos más dolorosos de su historia.
Después de la de Molowny, el Madrid alargó su racha triunfal en España con otras tres Ligas seguidas a las órdenes de Beenhakker. Nadie ha vuelto a enlazar tres después del él. Sin embargo, en paralelo, fue acumulando decepciones en la Copa de Europa, esa gran misión histórica del madridismo. Mientras ganaba tres torneos domésticos consecutivos, caía tres veces en semifinales camino a la esquiva séptima Orejona.
En la temporada 1986/87 perdieron 4-1 en la ida en Múnich contra el Bayern, en el partido del pisotón de Juanito Matthäus, y ganaron con un insuficiente 1-0 en la vuelta en el Bernabéu. En la 87/88, estuvieron más cerca: 1-1 en el Bernabéu contra el PSV y 0-0 en la vuelta, lo que clasificó a los holandeses para la final por el mayor valor de los goles fuera de casa. El año siguiente le esperaba un batacazo formidable. Fueron a San Siro a jugar la vuelta contra el Milan de Arrigo Sacchi tras el 1-1 de la ida. Y terminaron destrozados con un 5-0 que abrió Carlo Ancelotti y acabó con la primera época de Beenhakker en el Madrid, relevado por Toshack.
Regresó al Ajax, ganó otra Liga y entrenó a la selección holandesa en el Mundial de Italia en 1990, al que ya había hecho sin éxito camino al de México.
Tras Toshack, el Madrid pasó por Di Stéfano y Antic. En enero de 1992, con el equipo líder por delante del Barça de Cruyff, Mendoza decidió despedir al serbio: “La gente que va al Bernabéu está acostumbrada a ver espectáculo. Nosotros apostamos por un fútbol brillante, que Antic no da”. Y recuperó a Beenhakker, que sufrió cuatro meses después con otro cataclismo legendario: perdió la Liga en la última jornada en Tenerife. Después de ir ganando 0-2 al equipo de Valdano, cedió un 3-2. El Barça se llevó el título y él, el despido. Volvió a su país, ganó una liga con el Feyenoord, y después entrenó al América de México y a las selecciones de Arabia Saudí, Trinidad y Tobago y Polonia, su último banquillo en 2009.
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