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La fiesta comunera de Villalar se enfrenta al desinterés institucional en una Castilla y León dividida

Las Cortes, al frente de la fundación que dirige el día de la comunidad autónoma, le retira fondos y la Junta contraprograma con eventos en las nueve provincias

Una persona sujeta una bandera de Castilla y León durante la festividad del Día de Castilla y León, a 23 de abril de 2024, en Villalar de los Comuneros, Valladolid, Castilla y León.
Juan Navarro

El pequeño Villalar de los Comuneros (Valladolid, 490 habitantes) se prepara para recibir a unas 20.000 personas, quizá más si el cielo acompaña, en la fiesta de Castilla y León, el 23 de abril, pese al desinterés de las instituciones autonómicas. La gradual pasividad hacia Villalar parte de lo económico, con las fundaciones que históricamente lo han financiado distanciándose del evento, hasta lo programático: la Junta (PP) reivindica de palabra el festejo destinando 190.000 euros, pero a la vez invierte 1,4 millones en conciertos la noche antes por el resto de provincias. La cita en Villalar, recogida por el Estatuto, genera también rechazo en León ―por su desdén hacia lo castellano― mientras el castellanismo, con el alcalde de la localidad vallisoletana a la cabeza, lamenta que la Junta no alimente el sentimiento autonómico. El pulso prosigue tras el adiós de Vox al mando de Castilla y León, particularmente volcados en ahogar este sentimiento histórico.

El preámbulo del Estatuto de Autonomía, de 1983, loa la revolución comunera contra las tropas imperiales de Carlos I: “Si en Villalar (23 de abril de 1521) la suerte de las armas fue adversa a los Comuneros, no ocurrió así con sus ideales, que pueden ser considerados precursores de las grandes revoluciones liberales europeas. Como homenaje a ese movimiento, el 23 de abril es hoy la fiesta oficial de la comunidad autónoma”. El artículo 6 de la Carta sentencia: “La fiesta oficial de la comunidad es el 23 de abril”. Las primeras concentraciones en la Campa de Villalar, con la incipiente Transición, llegaron a congregar a 200.000 personas, cifra decadente entre debates ideológicos y políticos. La fiesta se ha ido relegando a fundaciones dependientes de las Cortes de Castilla y León, y donde antes había una llamada “Fundación Villalar” ahora se denomina “Fundación Castilla y León” y ni siquiera aporta recursos: el Patronato se ha desvinculado de Villalar alegando que ni organiza ni convoca los actos.

Las Cortes, presididas por Carlos Pollán (Vox), han ido alejándose de Villalar: en 2024 dieron 126.000 euros para los protocolos de seguridad requeridos en grandes reuniones, de los aproximadamente 750.000 del presupuesto global. Desde la irrupción institucional de Vox han desaparecido más de 300.000 euros de subvención. El exvicepresidente Juan García-Gallardo lo tildó de “aquelarre” y su consejería de Empleo amagó con retirar el festivo del 23 de abril. Las Cortes, a la par, han convocado una “jornada de puertas abiertas” con música en directo, sesiones gastronómicas y hasta cetrería.

La fundación delega en el Ayuntamiento y la Junta. Esta ha derivado 120.000 euros para el “Plan de Autoprotección” a raíz de “la decisión del patronato de la Fundación Castilla y León de las Cortes autonómicas de no asumir la elaboración de dicho Plan de Autoprotección ni la puesta a disposición de las instalaciones precisas”. A esa suma han añadido 70.000 euros “para apoyar la realización de conciertos y actividades durante este día en Villalar” y consideran, según un comunicado, que “con esta cantidad la Junta de Castilla y León se implica para que todos los asistentes a la Campa puedan disfrutar de un programa variado de celebración, música y actividades”. Los 190.000 euros recalan en el Consistorio, escaso de tiempo y de manos para organizar el programa y la logística. La cantidad, sin embargo, contrasta con los 1,4 millones distribuidos para distintos conciertos por todas las provincias en la noche del 22 de abril. El leonesismo, mientras, ha tildado de “despilfarro” la estrategia musical de la Junta. Otros años colectivos leonesistas convocaron manifestaciones donde se quemaron castillos de cartón.

El presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, que suele acudir fugazmente a primerísima hora a Villalar, ha anunciado ya que no asistirá como señal de luto ante la muerte del papa Francisco. El manifiesto de 2025, suscrito por colectivos sociales y partidos políticos de izquierdas, incide en el “sabotaje” de la Junta contra este “espacio de encuentro de la ciudadanía por encima de siglas y colores”.

Conciertos de precio hinchado

Izquierda Unida (IU) ha comandado las críticas del empeño por “contraprogramar Villalar” y “desmantelar la parte reivindicativa” con hincapié en las bien pagadas citas musicales provinciales “mientras desmantelan la fiesta central de la Campa de Villalar reduciendo su financiación y entrando en una especie de subasta en la que incrementan la aportación según proteste el Ayuntamiento de Villalar, ya que es ridículo que la fiesta de la Comunidad tenga que organizarla y financiarla un municipio de menos de 500 habitantes”. IU esgrime dos grandes tesis: la local, pues ninguno de esos artistas proceden siquiera de Castilla y León ―la promotora es de Guadalajara―; y la económica, pues esos grupos o cantantes recibirán unos cachés muy superiores a los abonados en otros lugares.

El partido ejemplifica así: Camela, firmada para Ponferrada por 124.103,08 euros, había cobrado 65.582, IVA incluido, en Salamanca en 2024; Carlos Baute, contratado para Aranda de Duero (Burgos) por 105.157,54 euros, recibió 35.000, con IVA, en Alhendín (Granada), en agosto. Así con Marlon (Valladolid), Rulo y la Contrabanda (Zamora), Miss Cafeína (Palencia), Juan Magán (León) o Nil Moliner (Salamanca). El consejero de la Presidencia, Luis Miguel González, rebate que son “artistas de primer orden” y que el coste lo cifra “el mercado”.

Las perturbaciones agotan a Luis Alonso, alcalde local (independiente). “Todos los años es una sinrazón”, suspira el regidor, con las “contraprogramaciones” y las medidas de la Junta. “El Plan de autoprotección era lo más complicado y ha generado gran incertidumbre, como no se hacía cargo nadie, lo asumió en el Ayuntamiento. Lo único que hace falta es que haga bueno y haya normalidad”, afirma Alonso, molesto con la Junta: el Plan recibe 6.000 euros menos que en 2024 y los fondos totales para música son muy inferiores a cualquier artista repartido por las provincias. “En Villalar hay 23 grupos, formaciones artísticas, más de 150 personas en los escenarios, es un sacrificio enorme para ellos y para el Ayuntamiento, los artistas bajan su caché”, destaca el alcalde, apelando a la “inmunización” de la comunidad de Villalar y que esos empeños por devaluarlo produce efectos contrarios: “Es una historia de 50 años, los que van a Villalar tienen un sentido de pertenencia y tradiciones que no se lo van a quitar”.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.
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