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Madrid contamina las aguas del Tajo a su paso por Toledo, pero los madrileños creen lo contrario

Una encuesta revela la desinformación que existe entre los habitantes de la comunidad sobre la contaminación del río a su paso por la capital castellanomanchega y sus causas

El río Tajo, a su paso por Toledo este miércoles.

El 75% de los madrileños no ha oído hablar nunca de la contaminación del río Tajo a su paso por la provincia de Toledo y un 89% cree erróneamente que el agua de Madrid, tras pasar por una depuradora, se vierte completamente limpia a su cauce. Son dos de los datos que arroja la encuesta realizada por la Real Fundación de Toledo y Cervezas La Sagra a 400 personas de entre 18 y 65 años que residen en la Comunidad de Madrid. En 2024, un informe de la Cátedra del Tajo, un grupo de expertos dedicado al estudio del río, desveló que el 83% de los vertidos que llegan a Toledo procede de las depuradoras madrileñas y casi el 80% lo hacen a través del Jarama. Las concentraciones de amonio, fosfatos y nitratos, en niveles muy superiores a los permitidos, explicarían los malos olores del Tajo, su color marrón verdoso y las espumas casi continuas que se forman al llegar a su casco histórico.

La encuesta de la cervecera y de la Real Fundación de Toledo revela además la alarmante desinformación que los encuestados tienen sobre el estado del río. El 87% cree que la calidad del agua es buena y el 73% que es apta para el baño o el uso recreativo. Apenas el 25% afirma ser consciente de la degradación del Tajo a su paso por Toledo, muy por debajo del nivel de conocimiento que aseguran tener de otras crisis ecológicas, como las olas de calor, la sobreexplotación de los acuíferos de Doñana o la contaminación del Mar Menor, que aseguran conocer un 71% de los madrileños. Seis de cada diez desconoce, además, que su comunidad se encuentra en la cuenca del Tajo. “El que no conoce algo, no puede valorarlo ni tendrá iniciativa para encontrar soluciones”, subraya Beatriz Larraz, directora de la Cátedra del Tajo, al analizar las respuestas de la encuesta.

La mayoría de los entrevistados reconoce que el medio ambiente es un problema secundario: sólo le preocupa al 27%, lejos de cuestiones como la sanidad, la vivienda o la economía. Dos de cada tres madrileños, el 63%, afirma, además, no haber visto nunca una campaña de sensibilización sobre la gestión de residuos, algo que podría explicar otro dato demoledor: el 91% de los madrileños reconoce tirar basura al inodoro. Entre los más comunes, pelo (63%), pelusas (36%), restos de comida (35%) y restos de bebida (30%), pero también hilo dental (15%), toallitas (14%), tampones (19%), aceite (10%), colillas (10%) y bastoncitos para los oídos (8%). Esa práctica, remarca la encuesta, “impacta directamente en los sistemas de depuración y en la salud de ríos como el Tajo”. Con todo, al 97% le gustaría que se tomaran medidas para frenar su contaminación.

Para Larraz, las conclusiones de la encuesta reflejan que “algo está fallando en la educación en temas de agua”. “Es fundamental educar en todas las etapas educativas, desde los más pequeños, enseñando de donde viene el agua del grifo y en qué estado llega a nuestros ríos, qué proceso sigue el agua que desaparece por los desagües o el inodoro”, explica. La Cátedra del Tajo UCLM-Soliss ha puesto a disposición del profesorado que lo desee un cuento infantil y una guía docente para tratar de resolver estas carencias en las aulas. Algunos de estos materiales se pueden descargar en la propia página web de la cátedra y su objetivo, indican, es “conseguir una sociedad más consciente, crítica y responsable sobre la problemática de los ecosistemas fluviales” y generar “aptitudes y actitudes que redunden en la conservación y el buen estado de los ríos del Tajo”.

Un debate “incómodo”

La encuesta, realizada entre el 27 y el 31 de marzo de 2025 por la consultora de investigación y análisis El Departamento a través de un cuestionario online, se enmarca en la iniciativa Más Tajo que la Real Fundación Toledo y Cervezas La Sagra pusieron en marcha hace dos años con el objetivo de concienciar a la ciudadanía sobre el grave deterioro del Tajo y devolverle el papel central que siempre tuvo en Toledo. “No podemos quedarnos de brazos cruzados viendo como el río Tajo, símbolo de identidad y vida para Toledo, se deteriora cada día más”, afirma Carlos García, CEO y fundador de la cervecera toledana. Los resultados, explica a EL PAÍS el director general de la fundación, Eduardo Sánchez Butragueño, “confirman para nuestra desgracia y sorpresa la intuición que ya teníamos: el gran desconocimiento del estado del río que hay en la Comunidad de Madrid”.

“Es un cóctel de respuestas preocupante”, lamenta Sánchez Butragueño, que aclara que no se trata de culpabilizar de todo a Madrid. “Sabemos que tampoco se depura bien en el Corredor del Henares, en Guadalajara, o en La Sagra, en Toledo, pero en la Comunidad de Madrid viven siete millones de personas y en las otras muchas menos”, recuerda. Esa diferencia en el número de habitantes y de industrias hace que los vertidos al Tajo sean mayores en la región vecina. Desde la fundación comparten el diagnóstico de la Cátedra del Tajo y también las soluciones, que pasan por una mayor y mejor depuración de las aguas residuales. “El gran incremento poblacional de la Comunidad de Madrid en las últimas décadas no se ha visto acompasado con un incremento al mismo ritmo de las inversiones en depuración y eso tiene como consecuencia una mayor contaminación del Tajo”, sostiene.

A los vertidos mal depurados en el río, uno de los más contaminados de Europa, Sánchez Butragueño añade también el Trasvase Tajo-Segura. El trasvase, apunta, “cercena la llegada de agua limpia de la cabecera” y la que llega a Toledo a través de sus afluentes “está cada vez más contaminada”. El resultado, explica, es “un río en un estado lamentable, en el que la mayoría del agua que vemos pasar es agua residual procedente del Jarama y muy poca limpia”. El presidente de la Real Fundación de Toledo cree, además, que el debate sobre la contaminación del Tajo no interesa a ciertos sectores: “Es incómodo para muchos poderes, especialmente en el Levante, donde hay mucho interés en mantener el statu quo”. “Es muy probable que ese silenciamiento tenga que ver con la inconveniencia para muchos sectores poderosos de que ese problema aflore en la opinión pública nacional”, agrega.

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