Por qué los españoles están conquistando el mundo del diseño

En la reciente 63ª edición del Salone del Mobile se pudieron conocer las piezas, ideas, tendencias, colores y materiales que conformarán el futuro del diseño. Y en los eventos que la rodean, y que se enmarcan bajo el paraguas de Milan Design Week, han brillado proyectos que van de lo comercial a lo artístico. Esta resaca de belleza ha dejado muchos creadores y marcas de apellido español, la mayoría jóvenes y emergentes. A continuación, destacamos los nombres que todo amante del diseño agradecerá conocer.

Miguel Leiro

El diseñador gallego, fundador de Mayrit Bienal, se mueve entre la experimentación y la reflexión crítica, nunca convencional. En Milán presentó una muestra colectiva, A Drifting Loop, que exploraba los límites del diseño contemporáneo. “El proyecto, desarrollado entre Cinema Parentesi, Ortica Studio y la comisaria Cecilia Casabona, investiga las vías fluviales olvidadas de Milán conectándolas con las narrativas ocultas del diseño en la ciudad. A través de una película y una exposición, la iniciativa pretendía desafiar la centralización cultural que ha dado forma al paisaje del diseño milanés, resaltando voces e historias que han sido marginadas, como por ejemplo, mediante una colección de objetos fallidos, es decir, piezas no terminadas, comercializadas o que jamás salieron de los talleres”, explica Miguel Leiro.

Jorge Suárez-Kilzi

Uno de los espacios más bellos de Alcova Milano, la plataforma más experimental y vanguardista de la feria, celebrada en Varedo en localizaciones históricas como la mítica Villa Borsani, fue la sala en la azotea de la Villa Bagatti Valsecchi de Kilzi. Es difícil describir el estilo de este diseñador residente en Barcelona, de madre siria y padre español. Sus creaciones son objetos llenos de expresión y poesía, memorables, para atesorar, para deleitar, que acompañan. Inspirado por su infancia nómada y por la cultura japonesa, en Milán expuso sus lámparas y las sillas Tumble de metal. Piezas un poco naturales, un poco vernaculares, que ponen en relieve la mano del artista y el material del que están hechas, como en el acero golpeado de la lámpara Cashew.

ESTO Estudio

El dúo madrileño formado por Amalia Wakonigg y Guillermo Borreguero también estaba en Alcova. Presentaban su Disguise Series 00, una colección de asientos esculturales “que difuminan la línea entre mobiliario y ficción”, aseguran. Elaboradas con acero tubular doblado y revestidas con fundas textiles puntiagudas cosidas a mano, cada pieza parece estar disfrazada, transformando lo ordinario y cotidiano en algo extraordinario y sorprendente. “Son como personajes: familiares y extraños a la vez, atractivos pero intocables, mitad mueble, mitad ser”, prosiguen. La paleta cromática de verdes, pistachos y naranjas contribuía al misterio de estas extrañas criaturas.

Júlia Esqué para Santa & Cole

Solo hay palabras bonitas para definir el trabajo y las piezas de Santa & Cole, la editora de la belleza, el detalle, la calidad y la delicadeza, en todos los sentidos. En su espacio de Euroluce, hubo una novedad que atrajo las miradas. Descubrimos a Alterna, de Júlia Esqué, que se estrena en el catálogo: una luminaria amable, pequeña, transparente y sencilla. Un armazón con varillas despliega una pantalla prismática de sección cuadrada, confeccionada con filtro de fotografía, un material translúcido. “Empujando la frontera entre la plenitud y el vacío”, dicen sobre ella desde la firma. Existe en versión de sobremesa o suspensión. Además, también estaba la colorida La bella durmiente, un diseño de 1987 de Nina Masó y Gabriel Ordeig que acaba de ser reeditado.

El ‘stand’ de Marset por Mesura

De la increíble Fragile de Jaume Ramírez a la reedición de Lauro, un diseño de los años setenta de J. Pérez Mateo y P. Aragay, las lámparas de Marset no solo deslumbraban por sí mismas: han creado para ellas el estuche perfecto. El estudio Mesura firmaba este stand en Euroluce, ultracálido y acogedor, construido mediante es de aluminio en bruto recubiertos de madera de Okume. “Diseñamos una arquitectura abierta, porosa y radicalmente simple. Una estructura por la que transitar. La instalación, compuesta por ocho volúmenes, distribuía el espacio sin encerrarlo. Un sistema modular de madera moldeado por las luces que contenía dentro”, explican sus fundadores. Una obra de arte.

Luis Gimeno

Este barcelonés de 27 años irrumpió en el SaloneSatellite con unas piezas que beben de las formas impactantes de los años sesenta y setenta. Su filosofía es divertida y funcional, un estilo lúdico e informal pero equilibrado, con materiales de calidad, fabricaciones a medida, artesanales y con bajo impacto ambiental, y un toque de sofisticación. Nuestras preferidas son el taburete Knot, un diseño entrelazado de roble macizo, el sillón Onigiri de encanto retro y la lámpara Mesia de vidrio y cerámica, ultramediterránea y sin piezas de unión. Alejándose de los interiores estériles y completamente blancos del pasado, Luis Gimeno abraza el color, la textura y la personalidad, creando un ambiente expresivo y relajante a la vez. La identidad de las nuevas generaciones.

Malva Office

Desde Valencia, Jose Cortés dio a conocer también en el SaloneSatellite su colección ACTO, “una exploración sobre la presencia y la esencia de los objetos en el espacio, donde la relación entre los materiales y las proporciones es clave”, cuenta. Atemporales, puras y minimalistas, son dos mesas que combinan roble y piel con una elegancia compacta y sin pretensiones. Cada una de ellas representa un gesto claro y rotundo, donde la estructura es la protagonista y la unión entre los elementos se expresa con sinceridad. No hay artificios, solo equilibrio y solidez, autoproducción y simplicidad constructiva. “Una monumentalidad sutil”, dice.

La expo ‘Inspired in Barcelona: Luce’ de Stefano Colli

En la Chiesa del Carmine, el corazón de Brera, una sala completamente negra: una cámara oscura iluminada por cientos de lámparas, todas ellas creadas en Barcelona. Desde clásicos del diseño hasta piezas raras y distintas, como las de la colección de Polop Store, o nuevas y preciosas, como la J45 de Andreu Jaumot, allí estaban todos los que son: Parachilna, Metalarte, Tramo, Santa & Cole, Marset, Vibia, Bover, Faro Barcelona, Simon, LedsC4, Andreu Carulla, Antoni Arola, Javier Mariscal, Miguel Milá, André Ricard y un larguísimo etc. “Unos 80 diseñadores, cinco escuelas y una treintena de marcas que muestran el dinamismo, la excelencia creativa y la calidad del diseño hecho en Barcelona”, afirma su comisario, el arquitecto y diseñador Stefano Colli. Lo mejor era el propio montaje, con las lámparas organizadas de manera que las luces se fundían y superponían las unas con las otras.

Marlot Baus

La instalación de la marca para Alcova, comisariada por Claudia Longarte, buscaba representar un recorrido por los rituales diarios y ser una invitación a redescubrir la mesa como el corazón del espacio habitado: Daily Rithms – Life Around the Table. La nueva colección, elaborada artesanalmente en microcemento, madera, piedra y acero, además de las mesas, se ampliaba con una serie de sillas y butacas creadas en colaboración con Filippo Andrighetto. Cada pieza trascendía aquí su función utilitaria, realzada además por el resto de mobiliario, arte y objetos de artistas internacionales y emergentes como Cyril Maisonnave, Berta-Blanca T. Ivanow, Malte van der Meyden o Armando Mesías. Una constelación de colaboraciones, una experiencia colectiva.