Besar a los hijos pequeños en la boca, ¿sí o no?
Lo que para unos padres es una inocente muestra de afecto, para otros puede ser, cuanto menos, algo raro de presenciar


Esta podría ser la columna más corta que escribo en 10 años. Porque a la pregunta “¿a los niños hay que darles besos en la boca?”, sin dudar un momento, yo contestaría un rotundo no. Así que muy imparcial no podré ser… Pero, sea por cultura o por costumbre familiar, como muchos padres y madres besan a sus hijos sin vergüenza ni remordimientos, haré el esfuerzo de buscar razones a favor (que me costará encontrar) y en contra.
Lo que para unos cuantos puede ser una inocente muestra de afecto, para otros puede ser casi la antesala del abuso o, por lo menos, algo raro de presenciar. Evidentemente, aquí nos referiremos a lo que comúnmente se conoce como pico, el choque de labios, con niños pequeños, no con preadolescentes o adolescentes. No le busques malicia a la columna, que la acoto en este terreno (aunque todos hemos visto algún caso de padres o madres con chavales adolescentes y eso es muy inquietante).
Si ya te incomodaba de pequeño que las amigas de tu abuela te dejaran besos con baba en cada mejilla, ¿no es mucho peor que tu padre o tu madre te transmitan su amor vía labial? Os podéis desahogar en los comentarios. Pero antes, vamos con las razones a favor y en contra de besar a los hijos en la boca.
A favor
- Es una manera rápida y espontánea de conectar con tu hijo, una conexión especial, única y diferente a los besos en las mejillas que se dan protocolariamente con cualquier saludado.
- Para los niños pequeños es un gesto más de cariño, sin dobles lecturas ni segundas intenciones. La visión negativa solo la aportamos los adultos.
- Fortalece el vínculo entre padres e hijos, segregando endorfinas para todos (que un abrazo también, pero aquí intento buscar motivos a favor).
- Si los besos se dan de manera apropiada y en edades tempranas, no tendría que haber ningún trauma ni consecuencia negativa.
- En principio dar besos en la boca no es ni bueno ni malo, depende de si lo miras con ojos de adulto, buscando implicaciones que no están en la cabeza de los padres besadores o como algo normalizado que has visto hacer siempre en tu entorno cercano.
- En algunos países es un beso muy habitual entre las familias.
- Si hay gente que se deja lamer y besar por sus mascotas y nadie se inquieta, ¿por qué se preocupan cuando se trata de besos entre humanos?

En contra
- Es poco higiénico. Ya sé que muchos niños no se lavan las manos en todo el día y comen cualquier cosa, incluso arena del parque, sin plantearse nada. Y también sé que desde la escuela infantil están compartiendo chupetes, botellas y comida. Podéis decir que así se inmunizan, pero tanto los niños como los adultos ya tenemos nuestra buena ración de gérmenes como para encima añadir los de nuestros familiares.
- De manera objetiva y científica, el pico inocente y amoroso es una manera muy directa de transmitir herpes labial, mononucleosis y otros virus. Y, si el bebé tiene menos de medio año, puede afectarle mucho.
- Puede ser confuso para los niños. Cada persona y cada afecto tienen su tipo de beso particular. Y, en general, los besos en la boca están reservados para la pareja. Respeta la autonomía de tus hijos y procura no enviarles mensajes confusos, que ellos podrían malinterpretar e imitar con toda la inocencia del mundo, poniéndolo en práctica con otros niños (incluso con los que les lleven años de distancia) o adultos.
- Hay que marcar los límites corporales. Los críos han de hacer respetar su cuerpo y su espacio personal. Un beso en los labios es más íntimo y privado que dos besos en las mejillas. Y si nadie les besa en los labios hasta que son adultos y lo eligen ellos, vivirán más tranquilos y protegidos.
- Levanta recelos por todas partes. La simple contemplación de unos padres besando en la boca a su hijo puede despertarte una fuerte sensación de incomodidad, sobre todo cuando los besadores son amigos o conocidos.
- Te comes el mal aliento y las babas de la otra persona, porque no me imagino a los padres preparándose para el pico, secándose los labios o enjuagándose con el típico líquido azul del que no diremos marcas porque no patrocinan.
- Es raro.
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