Belafonte Sensacional llama a quemar, renovarse y florecer en tiempos oscuros
La polimórfica agrupación chilanga publica su quinto trabajo de estudio, ‘Llamas, Llamas, Llamas’, afianzándose como la banda local más emblemática de su generación


Si su anterior disco era como una película, el nuevo es más como un libro de cuentos con una línea argumental que lo atraviesa: la perdida, la tristeza, el duelo y como enfrentarnos a ellos a partir de la alegría y la colectividad. Así habla Israel Ramírez, líder y vocalista de la que muy probablemente sea la agrupación más emblemática de la Ciudad de México de la actualidad, respecto a su más reciente lanzamiento, Llamas, llamas, llamas, publicado el pasado viernes.
El disco, que en cierto modo es también el resultado de un aprendizaje iniciado hace seis años cuando salió Soy Piedra -el cual marcó un antes y un después para la banda respecto a ideas y sonido-, agrupa nueve cortes que dibujan el carácter sonoro de la capital mexicana: desde la neurosis y el ruido (Llamas Rexio), la fidelidad al rock de guitarras (Roca Roy), pasando por la prominente herencia cumbiera y afrolatina (Manuel te amo un putero, Negro Soledad), hasta llegar a los afectos a flor de piel, continuando con el ya icónico cancionero redondo de insistencias folk y pop de Israel Ramírez (Todavía DF, Suaves son los días en mancuerna con Julieta Venegas o Jovita Verano).
Llamas, llamas, llamas es un registro que tardó casi un año completo en ver la luz, en buena medida por la esencia misma que rige la libertad creativa de la banda, quien ha tenido de su “carril de éxito” dentro de la industria en distintos momentos, debido a desencuentros con las marcas o los grandes organizadores de conciertos del país. A 15 años de distancia de haber nacido como proyecto musical, y tras una desquiciante metamorfosis en su alineación, sonido y dinámicas internas, Israel Belafonte, El Patrón -como se le conoce entre los de su clan- reflexiona sobre una actitud y visión que los ha hecho forjar carácter, plantar frente a nombres como OCESA y ser una de las bandas más entrañables de la Ciudad de México (CDMX).
“El estandarte viene de ‘no me quieres, no me quieras; el que tú no me quieras no va a hacer que yo deje de hacer lo que yo amo y celebrar la vida’. Ese ha sido el camino del grupo: ‘si no nos quieres en el Vive Latino nosotros vamos a seguir tocando y a seguir haciendo canciones, tocadas y les vamos a decir Destroy. Porque tú no determinas mi existencia ni mi valor’. Y de vuelta es lo mismo: ‘si ahora sí me quieres en tu fiesta, pues vamos porque nos gusta la fiesta, a lo mejor crees en mi proyecto y en una de esas crece también’”.

¿Qué hacemos con tanta violencia?
En la antesala de la presentación oficial de su nuevo disco este viernes 6 de junio en la Plaza de las Artes, el cantante de Lo hice por el punk, La noche total y Láser funk subraya la pertinencia de un disco como Llamas, llamas, llamas -un álbum que afirma funciona como una oportunidad para florecer- para la capital mexicana, una ciudad convulsa y compleja, en donde los espacios públicos parecen jugar también un doble juego a nivel político.
“El disco aborda la identidad, pero habla también de las cosas que se están cayendo y de las que nos están despojando, y ahí tiene que ver con un tipo de resistencia ante eso, de recordarnos quiénes somos y de dónde venimos. Y en esta historia la reapropiación es una palabra clave, que a lo mejor es un poco cliché, pero que nos ha servido mucho al interior del grupo”, añade.
Subraya que Belafonte nace y se desarrolla durante toda esa década de 2010 a 2020, en un país “que vive una guerra compleja y violenta, tanto así que en algún momento dijimos ‘¿qué hacemos con tanta violencia? Pues nos la apropiamos’. Ahí hubo un quiebre y nos volvimos más caóticos, asumimos esa agresividad con el fin de llevar a todo lugar esa violencia que estamos sufriendo. Y con los espacios ahora es lo mismo: qué hacemos con estos espacios, con estos símbolos, dobles acciones… pues reapropiarnos”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad , así podrás añadir otro . Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
