Hallazgo de fosas, policías asesinados y un total de 24 homicidios: Sinaloa vive uno de los fines de semana más sangrientos del año

Desde la primera hora del viernes hasta el cierre del domingo, la estela de asesinatos ha dejado varios cuerpos repartidos entre Culiacán, Navolato, San Ignacio, Mocorito y Mazatlán. En total hay registrados 24 homicidios, de los cuales 14 se contaron el viernes —la jornada con más muertes en lo que va de 2025. Dos de ellos son oficiales de policía, que murieron en ataques armados. En paralelo se han encontrado cuatro fosas comunes, todas ellas en Mazatlán. La ola de violencia que desangra a Sinaloa no da tregua en medio de la guerra entre los seguidores de Los Chapitos y sus aliados contra los secuaces de Ismael El Mayo Zambada.

Los primeros reportes arrancaron a las 7.30 de la mañana del viernes. Las autoridades acudieron al llamado por el hallazgo del cuerpo de un hombre joven en Culiacán. Estaba escondido entre la maleza en un predio de La Isla Musala, cerca de una zona comercial llena de restaurantes. Estaba envuelto en un plástico transparente y tenía pegada una cartulina escrita, según han reportado medios locales que desconocen el contenido del mensaje.

Él fue el primero de los 14 cuerpos que se contabilizaron ese día, una de las jornadas más sangrientas desde que se desató la guerra entre facciones del narco que se disputan el control del Estado. A solo ocho kilómetros de allí, los agentes encontraron otro cadáver en la colonia Amado Nervo en condiciones similares: envuelto en plástico y con un mensaje escrito. Los vecinos habían llamado a la policía tras escuchar disparos antes de encontrar el cuerpo. En la autopista que conecta Culiacán con Las Brisas, a un costado del asfalto y recargado sobre un coche, apareció otro con un siniestro mensaje y con los ojos vendados.

Entre los asesinados está el policía Jorge Humberto Villegas Quintero, que pertenecía a la Unidad preventiva de la Secretaria de Seguridad Pública y Tránsito Municipal. Tenía 27 años y estaba patrullando cuando fue sorprendido por un ataque armado. Pese a que fue trasladado a un hospital, perdió la vida a causa de las heridas. El domingo se sumó a él el agente de la Policía Estatal Preventiva, Rafael Valenzuela Villela, quien estaba reunido con su familia en la Cofradía de la Loma cuando fueron víctimas de una lluvia de disparos. Otra persona de la familia perdió la vida en esa balacera. La Secretaría de seguridad del Estado ha dado sus condolencias en redes sociales por la pérdida de ambos agentes. Mientras tanto, la dependencia sigue en busca del próximo secretario de Seguridad de la capital del Estado, a menos de una semana de la renuncia de Sergio Antonio Leyva López.

Los reportes de balaceras se sucedieron a lo largo de todo fin de semana. Los habitantes del barrio Villa Adolfo López Mateos en la capital del Estado vieron a unos hombres llegar con armas de alto calibre. Abrieron fuego contra el patio de una casa, donde estaba uno de sus vecinos y huyeron. Otro ataque armado sumó un homicidio más en la colonia José María Martínez, cerca de un expendio de cerveza. Otra persona murió con disparos de bala en un taller mecánico donde los criminales dejaron a dos heridos.

A Navolato también llegó el goteo de asesinatos. Una persona apareció sin vida con un mensaje cerca de San Pedro. La prensa de nota roja del lugar aseguran que era un hombre de 39 años que trabajaba en el área de farmacia del Instituto Mexicano del Seguro Social del municipio. En el Campo de Balbuena, a medio camino entre Culiacán y Navolato, aparecieron dos cuerpos más también con mensajes escritos. En Mocorito las autoridades alertaron de otra persona que falleció por disparos de bala y otros tres cadáveres fueron localizados sobre la carretera Mazatlán-Culiacán.

En paralelo, el colectivo de rastreadores de personas desaparecidas Por las Voces Sin Justicia peinaba el viernes el dique Los Zapotes, al sur de Mazatlán, donde terminaron por encontrar dos fosas con huesos y cabello oscuro. Entre el sábado y el domingo encontrarían dos más, esta vez en el poblado Lomas de Monterrey, con los cuerpos de en avanzada descomposición de tres hombres y una mujer. “No se pueden ver tatuajes, ni cicatrices, ni hacer identificaciones en ese momento”, informó el grupo en sus redes sociales.