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De izquierda a derecha, el italiano Giuliano Iorio, la neerlandesa Lorijn Zaadnoordijk y el brasileño Bruno Palombini, investigadores becados por Fundación la Caixa, en la biblioteca de Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona) este mayo.Gianluca Battista

El talento de fuera que elige España

Dos programas de becas de Fundación la Caixa atraen a 100 investigadores brillantes cada año, una oportunidad para que se incorporen a universidades y centros de investigación excelentes para desarrollar su proyecto científico

Mariano Ahijado

A pesar de lo que se piensa, en España se investiga mucho y muy bien: hay centros punteros, hay buenas becas, por eso llegan investigadores de fuera cada año. El 29% de los matriculados para cursar un doctorado en el sistema universitario español (SUE) en el ejercicio 2023/2024 fueron extranjeros, según el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. El estilo de vida de ciudades como Barcelona, Madrid o Salamanca propicia la llegada de estudiantes de todo el mundo. Pero no es la motivación principal: las universidades y los centros de investigación son las que de verdad captan (y a veces retienen) talento científico. Los investigadores conocen a los grupos de trabajo de los institutos y centros especializados, saben de los medios con los que cuentan para llevar a cabo su trabajo; también están informados de las becas, que les proporcionan una dotación económica y formación.

Fundación la Caixa es uno de los organismos que posibilita la llegada de estos estudiantes, en su mayoría extranjeros. Cuenta con dos programas que potencian anualmente la carrera de 100 investigadores: convoca 60 becas de doctorado INPhINIT y 40 becas de posdoctorado Junior Leader. Todos lo hacen en universidades y centros de investigación de España y Portugal. A los becados –tan diferentes, procedentes de campos tan diversos– los une algo, asegura Patricia Nadal, del departamento de becas de investigación de Fundación la Caixa: “Un currículum espectacular”. Y seguirá creciendo. La beca no solo les proporciona los medios para investigar, sino que los sitúa, cuenta Nadal, en una posición excelente para que opten a un puesto fijo en alguna institución de prestigio de España o el extranjero en el futuro. Los becarios cuentan que esta beca les ha supuesto un cambio en su carrera.

Crecer menos vale más

Bruno Palombini (Porto Alegre, Brasil, 27 años) es uno de los becados del programa de doctorado INPhINIT. Investiga sobre el decrecimiento, sobre cómo reducir el tamaño de las economías desarrolladas para que los países del sur puedan crecer sin que el planeta sea inhabitable. Va a pasar cuatro años en el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universidad de Barcelona (ICTA-UAB), un referente, dice, de la economía ecológica, de la ecología política. “De nada sirve pensar en un mundo ideal si no ideamos cómo llevar a cabo las transformaciones”, cuenta. Son minoría los investigadores de ciencias sociales, pero ya ha creado vínculos con otros becarios que participaron en las jornadas que organizó Fundación la Caixa en Girona hace unos meses. “Son vínculos que se van a mantener; vamos a ir a otros eventos juntos”, dice. La beca incluye un salario anual y una partida para costes de investigación: para la adquisición de material científico, la asistencia a congresos, la contratación de personal de apoyo, gastos de publicación científica... Es un dinero con el que pueden contar directamente, sin tener que solicitarlo a su centro. Son 3.500 euros en el caso del programa de doctorado INPhINIT y 38.500 euros en el de posdoctorado Junior Leader. “Me da autonomía”, sintetiza.

La dotación económica total de cada beca es de un máximo de 157.200 euros en el caso de los becarios de doctorado y 320.100 euros en el caso de los de posdoctorado. Pero la beca no solo consta de fondos, recalca Nadal, sino que los participantes reciben formación presencial y en remoto. Los 60 doctorandos asisten a sesiones en las que se les enseña a redactar y presentar trabajos científicos. Los becados para desarrollar el posdoctorado, ya con mayor experiencia, aprenden liderazgo y gestión de equipos: algunos acabarán dirigiendo grupos de investigación. “Para nosotros resulta muy importante conocer a las personas”, cuenta Nadal. Las jornadas que organizan sirven a los investigadores para crear una red, para conocerse los unos a los otros, para compartir conocimiento. Para hacer amigos, también.

Avalado por la Comisión Europea

Foto de familia de los becados por Fundación la Caixa en el curso 2023/2024, el pasado 18 de marzo en el Museo de la Ciencia CosmoCaixa (Barcelona).

El programa de doctorado INPhINIT y el de posdoctorado Junior Leader, ambos puestos en marcha por Fundación la Caixa, han sido cofinanciados por la Comisión Europea a través de las acciones Marie Skłodowska-Curie. El primero comenzó en 2017. El segundo lo hizo en 2018. Las dos becas se subdividen en dos categorías: Incoming (atraer talento) y Retaining (retener talento). El número de becados en el programa de doctorado es 60, 30 en cada tipo. En el postdoctorado, se encuadran 40 investigadores (20 y 20).

Patricia Nadal forma parte del departamento de becas de investigación e innovación de Fundación la Caixa. Nadal destaca la importancia de que se cree una red entre los investigadores. Tienen una asociación de becarios que ya supera las 6.000 personas. “Propiciamos conexiones, sobre todo con los más jóvenes. Surgen colaboraciones entre científicos”, cuenta. Organizan jornadas presenciales, una forma muy efectiva de estrechar lazos. “Tienen una gran carga mental, comparten problemáticas, la vida científica tiene sus particularidades. Les ayuda mucho conocer a otras personas que están en su misma situación", afirma. El pasado febrero los becarios de la convocatoria del 2024 estuvieron en Girona conviviendo unos días. Todos los años se celebran eventos de las mismas características.

Uno de los objetivos del programa de Fundación la Caixa es retener a estudiantes que ya vivían en España para que, gracias a las ayudas que les brindan, continúen su carrera como investigadores en alguna institución local. Palombini reside en Cataluña desde 2022. Para optar a este tipo de beca, conocida como Retaining, deben haber vivido en España al menos 12 meses en los últimos tres años. “Barcelona me atraía. Me he mudado muchas veces, estoy cansado. Quiero estar aquí un tiempo”, dice. “El instituto en el que investigo es referente en la economía del decrecimiento. Ya lo venía siguiendo de antes”. Su proyecto está centrado en la Amazonia brasileña, en una región que representa el mundo globalizado, dice, un territorio de “carácter especulativo”, donde la soja que se cultiva se vende a Europa y China, en la que existe la minería ilegal, en la que los indígenas deberían recuperar la soberanía, sus modos de vida tradicionales. “Hay que desconectar la Amazonia de los flujos de capital y pensar en alternativas políticas”, afirma. Se ve en Brasil o en otro país sudamericano en el largo plazo. Tal vez en algún organismo independiente en el que pueda seguir investigando.

Lorijn Zaadnoordijk (Driebergen-Rijsenburg, Países Bajos, 37 años) es licenciada en Lingüística y máster en Neurociencia Cognitiva. Ha obtenido una beca de posdoctorado Junior Leader para investigar qué indicadores pueden anticipar que un bebé prematuro vaya a desarrollar algún problema cognitivo. La universidad elegida ha sido la Pompeu Fabra (Barcelona). “No me lo pensé. Tienen una gran infraestructura para investigar con bebés”, afirma. Primero escogió la universidad y luego preparó el proceso de selección para obtener la beca de Fundación la Caixa. “No solo es el dinero, sino que hay muchas oportunidades de hacer networking [os profesionales]. También organizan un montón de eventos formativos y charlas”, cuenta. Existe un grupo de investigadores en la Pompeu Fabra que estudian cómo aprenden los bebés, cómo prestan atención a ciertas cosas, cómo se desarrollan aquellos que podrían correr el riesgo de padecer autismo más adelante. Zaadnoordijk conocía esta unidad especializada de la Pompeu Fabra porque había coincidido en conferencias con investigadores de esta universidad. “Solo tenía que conseguir los fondos”, dice esta madre de dos hijos.

De izquierda a derecha, Iorio y Zaadnoordijk, con una beca de posdoctorado de 3 años, y Palombini, que está matriculado en un doctorado de cuatro años, todos en Barcelona.

España, país de filósofos

Otro de los momentos en los que los becados se pudieron juntar fue en el acto de entrega de las becas que organizó Fundación la Caixa en el Museo de la Ciencia CosmoCaixa, en Barcelona, el pasado 18 de marzo. Allí estuvo presente María Alejandra Rivas (Cincinnati, Estados Unidos, 24 años), licenciada en Filosofía y máster en Estudios de Ciencia, Tecnología e Innovación. Desde septiembre de 2024 es doctoranda en la Universidad de Salamanca gracias a la beca de Fundación la Caixa. Esta violonchelista empezó a leer con 17 años a Marx y Engels cuando estudiaba en Manchester. “No entendía nada, pero me empezó a interesar mucho la filosofía”, rememora. Con el tiempo empezó a hacerse la pregunta de por qué hay tantos filósofos que son científicos: Arquímedes, Pitágoras, Descartes... “La beca me permite investigar sobre la relación tan íntima que existe entre la filosofía y la ciencia”, dice. “No hay psicología ni psiquiatría sin filosofía”. Y añade: “Discernir es una labor filosófica. Saber qué cura o qué hace daño a un paciente”. Su campo de estudio va a ser la esquizofrenia y la depresión. Ya está trabajando en cuestionarios para pacientes y profesionales de salud mental.

Rivas, de origen venezolano, eligió España por la cantidad de filósofos que ha dado este país. “Aunque no lo crean, tiene tradición filosófica”, dice, y pasa a enumerar ilustres: “Séneca, San Isidoro de Sevilla, Gómez Pereira, Francisco Suárez, Juan Luis Vives…”. Y abunda: “La lengua española es muy filosófica. La distinción entre ser, que remite a la esencia, y estar, a una situación contingente, no existe en inglés”. Rivas recalca la cantidad de os valiosos que está haciendo desde que entró a formar parte del programa.

A una fase posterior, la de posdoctorado, pertenece Giuliano Iorio (Pontecorvo, Italia, 35 años). Ha obtenido una beca para estudiar las estrellas más antiguas de la Vía Láctea, que tienen en común aspectos con las más jóvenes. “El programa de Fundación la Caixa no solo te da los recursos, sino la libertad para desarrollar tu propia línea de investigación en un centro de prestigio”, cuenta Iorio, que forma parte del Institut de Ciències del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB). “También crea una comunidad de compañeros de profesión. Justo esta mañana he participado en un evento sobre gestión de tiempo y carrera temporal”, añade. Uno de los grupos más importantes de trabajo que investiga la galaxia se encuentra en su centro, y algunos de los investigadores más punteros. “Es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Me siento muy bien en Barcelona, en España. Me gusta la gente, el clima, la comida. Para mí es extremadamente importante encontrar un buen balance entre el trabajo y la vida fuera del trabajo”. Muchos llegan atraídos por el estilo de vida y se dan cuenta de que los centros de estudio y universidades están al mismo nivel.

CRÉDITOS:

Redacción: Mariano Ahijado
Coordinación editorial: Francis Pachá
Fotografía: Gianluca Battista
Maquetación: Sonia San José
Coordinación editorial: Adolfo Domenech

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