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dane
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La gran mentira de que Colombia no sabe salir de la pobreza

El último informe del DANE, que revela que esta condición desciende en el país, demuestra que no es verdad que perdimos el rumbo

Joven mira su celular en uno de los asentamientos de La Guajira en Colombia.

¿Y si fuera mentira la frase repetida de que Colombia no sabe resolver su problema de pobreza? Eso sería una fuente de esperanza y confianza. Es justamente lo que resulta del informe de Pobreza Multi-Dimensional 2024 (PMD), que acaba de publicar el DANE.

Primero expliquemos qué es la PMD. Hasta hace unos años, se definía pobreza como la imposibilidad de alcanzar un umbral de ingreso. En particular, un ingreso que permitiera pagar el nivel mínimo de calorías diarias que debe consumir un ser humano. Es un método válido, pero es unidimensional y limitado.

De acuerdo con ese criterio, para que una persona no esté en condición de “pobreza extrema”, debe obtener más de 2,15 dólares al día, es decir, 270 mil pesos al mes, que para una familia de cuatro personas significa contar con un millón ochenta mil pesos. Si no se trata de pobreza extrema, sino de pobreza monetaria, el límite es 6,85 dólares al día por persona, que equivale a 775 mil pesos al mes; o, para el caso de una familia de cuatro personas, tres millones cien mil pesos.

Descontentos con un criterio tan simple, los investigadores Sabina Alkire de la Universidad de Oxford y James Foster de la Universidad George Washington, propusieron una metodología multidimensional que fue adoptada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y, en la cual, en 2010, Colombia fue pionero. Dejan a un lado las medidas de pobreza unidimensionales basadas en ingresos, para capturar las múltiples privaciones que las personas en condición de pobreza experimentan, simultáneamente, en dimensiones como educación, condiciones de la niñez y la juventud, trabajo informal y desempleo, salud, y condiciones de la vivienda y servicios públicos, como agua mejorada, saneamiento y calidad.

Hoy contamos con 15 años de medición continua y coherente de esos indicadores, a lo largo de las diferentes regiones de Colombia. La publicación del PMD 2024 por parte del DANE es iluminadora y debe ser comunicada a mucha gente, para que se enteren de que Colombia sí avanzó en los últimos quince años en lo que más importa: a saber, en reducir la pobreza.

Las conclusiones son contundentes y claras. Las presento en forma de cinco preguntas.

1.⁠ ⁠¿En los últimos 15 años, mejoró o empeoró la Pobreza Multi Dimensional (PMD)?

La PMD bajó 5-6 puntos porcentuales de 2010 al 2013, y otros 6-7 puntos del 2013 a 2016. Se estancó postcrisis del petróleo hasta 2020. Finalmente, ha bajado 7 puntos más de 2020 a 2024. Ese es un avance notable en 15 años. En las áreas rurales la disminución de la pobreza ha sido aún más marcada, de 51% a 24% en 15 años. ¡A la mitad! En las cabeceras, ha caído de 23% a 8%, es decir, a la tercera parte. Impresionante.

2.⁠ ¿⁠En qué regiones hubo más disminución en PMD?

Donde más disminuyó fue en las zonas más pobres del país. El DANE informa que, para los últimos cinco años, en el Caribe la PMD cayó de 29% a 19%, lo cual representa 170 mil personas. En la región Pacífica de 20% a 12%, sacando de la pobreza a 63 mil personas. En la Orinoquia Amazonia de 32% a 20%, lo que representa 56 mil personas. En la región Oriental, 222 mil personas ya no son pobres, según el estándar multidimensional. En Bogotá, en la actualidad, tan solo 5,4% de las personas son pobres, pero en 2024 allí hubo un preocupante aumento de 1,8%.

3.⁠Donde aumentó la PMD, ¿cuál fue el factor determinante?

A pesar del tremendo avance en el país, de 2023 a 2024 hubo un retroceso en Bogotá, donde la PMD aumentó en 148 mil personas, y en la región Central, con 82 mil personas más. Básicamente, la causa del deterioro fue el servicio de salud. El principal problema de 2024 fueron las barreras de a la salud, con un impacto cruel y notable. Todo lo demás mejoró: educación, asistencia y logro escolar, desempleo e informalidad, y condiciones del hogar.

4.⁠ ¿⁠Hoy en día, qué es lo que más genera pobreza?

Lo que más contribuye a la PMD es la mala educación, con el 36%; el poco al trabajo (30%); el deficiente desarrollo en la niñez y juventud (13%), la calidad de la vivienda (13%) y, de última, salud, (8%), que, justamente creo yo, era lo que más se había fortalecido. Los factores individuales absolutamente críticos son el bajo logro educativo (24%), la informalidad laboral (24%) y el analfabetismo (12%).

5.⁠ ¿⁠Importa el tipo de jefe de hogar, si es hombre o mujer, afro o indígena, campesino o venezolano recién llegado?

En efecto, cuando el jefe de hogar es mujer, hay más incidencia de pobreza. Si el jefe de hogar es afro o indígena, aumenta mucho la PMD. Eso es mucho más dramático en las zonas rurales. Igual sucede si la persona se autorreconoce como campesino o es alguien que llegó de Venezuela hace un año.

En suma: no es verdad que Colombia había perdido el rumbo. No es verdad que Colombia no haya sabido sacar a sus gentes de la condición de pobreza. No es verdad que el avance en ese frente fuera insoportablemente lento. No es verdad que fuera necesario un timonazo en el manejo de la salud. Al revés, el timonazo a la izquierda de los últimos dos años en salud es el único retroceso visible y poderoso que ha tenido desastrosas consecuencias sobre la pobreza.

Es verdad que las dos grandes carencias en Colombia son la informalidad laboral y la calidad/pertinencia de la educación. Son las grandes tareas pendientes, así como no perder el positivo y rápido avance en las demás dimensiones, y que siga avanzando. En particular, se deben mantener buenas políticas que ayuden a las mujeres cabeza de familia, a los afros, indígenas y campesinos

¿Cómo reducir la informalidad?

Esa es la pregunta que los economistas no hemos sabido responder. En mí sentir, porque no entendemos bien de empresa, de gestión, de qué hace exitoso el desempeño de las empresas “formales”, que son los únicos instrumentos de formalización. Los únicos, repito. Como no sabemos de empresas, justificamos que los Gobiernos se la pasen entorpeciéndolas, juzgándolas y perjudicándolas. Ni qué decir el actual Gobierno, que se llama progresista, pero aborrece a las empresas.

Lo último, que debiera ser lo primero, es la calidad/pertinencia de la educación. También da para otra o varias columnas. Empresas formales y buena educación es lo que falta, sobre todo en el país profundo. Justo lo opuesto de lo que hacen a diario la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) y el Gobierno progre.

La gran mentira que promueve y repite el actual Gobierno es que Colombia no sabe sacar a sus gentes de la pobreza, cuando los datos publicados por el DANE demuestran lo contrario, a lo largo de los últimos 15 años.

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