El Reino Unido rectifica y permitirá viajar a Londres a un autor inmigrante para asistir al estreno teatral de sus premiadas memorias
Ibrahima Balde, que hoy trabaja en Madrid en un taller mecánico, relata en el libro ‘Hermanito’ su odisea desde Guinea-Conakri hasta Europa


El Ministerio del Interior británico se ha dado cuenta de su error y permitirá a Ibrahima Balde (Guinea-Conakri, 31 años) viajar a Londres para asistir al estreno de la adaptación teatral de sus premiadas memorias, Hermanito, que escribió conjuntamente con el periodista, bertsolari (improvisador de poemas en vasco) y activista voluntario de ayuda a los inmigrantes Amets Arzallus, según ha adelantado este viernes por la tarde el diario The Standard.
“El mundo es muy grande. Hay continentes arriba y abajo, y la gente como vosotros puede ir de un lugar a otro. Para muchos como yo, sin embargo, el mundo es muy pequeño y reducido. Nunca nos dejan ir donde tenemos que ir y donde necesitamos ir”, se había lamentado el autor inmigrante esta semana, al conocer la primer decisión denegatoria de su visado.
El teatro Jermyn Street, que había gestionado durante meses la solicitud de visado del autor, para que pudiera estar presente en la primera presentación del próximo martes, reclamó al Gobierno británico que se replanteara su decisión, que en principio no podía ser ya recurrida.
“Nos complace que el Ministerio del Interior haya revocado su decisión y que Ibrahima pueda acudir a Londres para presenciar su propia historia en nuestro teatro”, ha dicho David Doyle, productor del Jermyn Street. “Si el Reino Unido quiere seguir siendo un líder mundial en arte y cultura, como nación, debemos ser más cautelosos y no imponer restricciones innecesarias a los artistas que viajan aquí”, ha señalado.
Ibrahima residirá, durante su estancia en Londres, en el domicilio de la dramaturga Timberlake Wertenbaker, que ha traducido al inglés el libro (Little Brother) y ha realizado la adaptación teatral. Un fascinante giro de guion hizo que la autora, que había pasado meses de su infancia en el País Vasco Francés y se impuso a sí misma la tarea, durante la pandemia, de aprender euskera, diera con un ejemplar de Hermanito (la primera edición fue en vasco) y quedara seducida por el relato.
Wertenbaker ha escrito teatro para la Royal Shakespeare Company, y llegó a recibir seis nominaciones a los premios Tony por su obra Our Country´s Good (Por el Bien de Nuestro País). Es toda una institución, respetada por sus obras de contenido político y social.
En su nota de protesta, los responsables del teatro ponían el dedo en la llaga, al resaltar la vertiente política que implica una decisión tan escandalosa. El Gobierno laborista de Keir Starmer ha endurecido sus leyes migratorias, y su retórica contra los recién llegados, en su intento por frenar la amenaza electoral de la derecha populista y xenófoba de Nigel Farage, de un modo que ha desatado las alarmas entre de la propia formación política y entre organizaciones humanitarias.
“La denegación de un visado a un escritor de tal magnitud sustrae a la audiencia británica una conexión cultural importante. Es una decisión que no puede abstraerse del actual debate político sobre la migración y de la retórica que lo rodea”, había señalado el teatro cuando luchaba por dar la vuelta a la resolución del Gobierno.

Traducido a múltiples idiomas, recomendado en múltiples ocasiones por el fallecido Papa Francisco para entender el drama de la inmigración, el libro cuenta el terrible viaje de Balde (Guinea-Conakri, 31 años) en busca de su desaparecido hermano pequeño, para acabar recalando en Madrid, donde hoy trabaja en un taller mecánico de reparación de camiones.
Antes de morir, su padre le pidió que cuidara de su hermano pequeño, que había emprendido por su cuenta el viaje hacia Libia, como miles de africanos, con la intención de cruzar el Mediterráneo y llegar a Europa. Nunca lo encontró, pero durante cuatro años atravesó Malí, Argelia, Libia, y vivió experiencias duras, casi insoportables.
Fue en en la estación de tren y autobuses de Irún, dispuesto ya a cruzar a Francia, cuando conoció al voluntario, y más tarde amigo del alma, que le ayudaría a contar su historia. Arzallus comenzó a elaborar un dosier con la historia personal de Balde, para ayudarle a preparar su solicitud de asilo. “Sufrió un auténtico calvario durante su viaje. Violencias y situaciones que ni siquiera se pueden contar. Y nunca encontró al hermano. Quedó desorientado, sin saber que hacer. Era imposible volver a su país. Así acabó en Europa. Así le conocí yo”, cuanta el activista vasco, que mantiene una férrea amistad con Balde, a pesar de que viven ahora a cientos de kilómetros de distancia.
El guineano llegó a España en 2018. Tras una primera denegación de asilo, vivió cuatro años en situación irregular, hasta que obtuvo el “arraigo social”, la autorización de residencia temporal por circunstancias excepcionales que concede el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. De momento, respira tranquilo hasta abril de 2026.
Ambos viajarán finalmente juntos a Londres para celebrar su éxito. “Ibrahima tiene un contrato indefinido en Madrid. Yo, como bertsolari improvisador, no tengo un contrato indefinido, ni seguridad laboral alguna. Yo podré ir a Londres y él no. El criterio está claro, ¿no?“, había explicado el periodista con amargura a EL PAÍS, resignado en un principio a bajar solo, antes de que el Reino Unido revocara su decisión. ”Tengo la sensación de que sigue perdido en el desierto. Esta vez no es el africano. Es el desierto europeo de la burocracia, del que nunca podrá salir", decía.
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