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Petro apura la mini reforma laboral de los liberales para sacarla del camino

El Gobierno envía al Congreso un mensaje de urgencia, aunque espera que niegue pronto una propuesta que se atraviesa en su consulta popular

El presidente Gustavo Petro, este martes.
Juan Esteban Lewin

“Dada la relevancia del mencionado proyecto de ley, respetuosamente se solicita a la honorable Cámara de Representantes dar trámite de urgencia e insistencia”, se lee en la carta. Es, en apariencia, idéntica a cualquiera de las que presenta cualquier Gobierno ante el Congreso cuando quiere impulsar una propuesta que apoya, pues con ese mensaje obliga a que se le dé trámite de forma rápida y preferente. Sin embargo, esta vez el presidente Gustavo Petro lo que busca es sacar del camino un proyecto que le resulta incómodo, pues compite con su propuesta de consulta popular, que ha anunciado que presentará al Senado este jueves para su aprobación.

El proyecto que ahora acelera el Ejecutivo es la llamada mini reforma laboral que presentó la bancada del Partido Liberal hace tres semanas. La colectividad, oficialmente independiente frente al Gobierno y compuesta tanto por congresistas que le son fieles como por unos que le son opositores -y otros que oscilan-, formalizó esa propuesta ante el Senado justo después de que varios de sus ayudaran a negar la reforma del Ejecutivo. Argumentaron, entonces, que no estaban en contra de que avanzaran los derechos de los trabajadores, sino que se oponían a partes de la reforma que el Ejecutivo no quería abandonar. Lo hicieron, eso sí, luego de que el presidente anunciara la convocatoria a una consulta popular para reflotar su propuesta.

La mini reforma retoma dos de los puntos centrales, y los dos más fácilmente comprensibles, de la propuesta del Ejecutivo que rechazó la comisión séptima del Senado. Se trata de un mayor sobresueldo por el trabajo de domingos y festivos, y más horas consideradas como nocturnas, lo que también produce un mayor pago a los trabajadores. Así, crearon una alternativa a la consulta popular del presidente. Y una alternativa más barata, directa y fácil de implementar: no exige un altísimo umbral de 13 millones de votos; no implica gastar dinero en unas votaciones adicionales; no obliga a esperar un mes para que el Senado defina si la avala o la veta y luego a una campaña de tres meses. Además, produce directamente una norma, mientras que el resultado de una consulta popular es una orden para que el Congreso emita una ley, para lo que tiene un año entero.

La mini reforma, de entrada, ha ofrecido una salida a los legisladores que se oponen a una campaña que consideran una estrategia del Gobierno para anticipar la movilización electoral. Aprobar unas mejoras ciertas en lugar de una convocatoria incierta, reduce el riesgo de que se les señale de ser enemigos de los trabajadores.

Ese efecto no desaparece con el mensaje de urgencia e insistencia que, sin embargo, sí cambia el procedimiento que debe seguir la mini reforma. Antes iniciaba su curso por la comisión séptima del Senado, de mayorías certificadamente contrarias a la reforma laboral de Petro, y donde los congresistas oficialistas quedaban en el dilema entre votar contra las mejoras a los trabajadores o apoyar la jugada de los liberales. Ahora, con el mensaje, lo debatirán a la vez esa comisión y la propia de la Cámara de Representantes, donde el Gobierno ha gozado de mayorías. Basta con que una de las dos rechace la propuesta para que la mini reforma se hunda. Además, deben votarla en máximo 30 días y deben darle prioridad sobre cualquier otro proyecto. Eso significa que por mucho que el Senado dilate la votación de la consulta, para la que también tiene 30 días, pero contados a partir el próximo jueves, la mini reforma se definirá antes.

Esto le conviene al Gobierno hasta el punto de que el presidente aprovechó las cámaras de televisión de su Consejo de Ministros de este lunes para ordenar a su ministro del Interior que radicara la carta “para que lo definan rapidísimo”.

La solicitud no significa que el Senado aprobará la consulta, ni que la Cámara hundirá la mini reforma. El mismo ministro, el exsenador Armando Benedetti -que inició su vida política en el Partido Liberal- ha abierto la puerta a una salida intermedia: “La idea es poner los derechos colectivos de la clase obrera sobre el ‘asador’. El Partido Liberal tiene que definir si es por consulta o por ley. Si es por ley, debe permitir que incluyamos algunos puntos que están en la pregunta”, dijo este martes a Blu Radio. Las próximas dos o tres semanas serán definitivas para la consulta de Petro, la mini reforma de los liberales y los derechos de los trabajadores.

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Sobre la firma

Juan Esteban Lewin
Es jefe de Redacción de la edición América Colombia, en Bogotá.
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